Coronavirus: la importancia de lo colectivo en salud
Hace algunos días el Primer ministro italiano Giuseppe Conte, refiriéndose a la declaración de zona protegida de todo el país, declaró: “No hay más tiempo, nuestras costumbres deben ser cambiadas, inmediatamente, tenemos todos que renunciar a algo, por el bien de nuestra Italia. Y cuando hablo de Italia hablo de todos, de nuestros padres, de nuestros abuelos. Lo tenemos que hacer ahora, inmediatamente y lo lograremos si todos colaboraremos y nos adaptaremos a estas nuevas normas, más estrictas, para controlar el avance del corona virus y tutelar la salud de todos nuestros ciudadanos que, debo recordar, es nuestro objetivo primario”. Como todos sabemos, Italia está viviendo una crisis sin precedentes en materia de salud, no obstante tenga un sistema sanitario considerado -seriamente- uno de los mejores del mundo en eficiencia sanitaria (Bloomberg Health-Efficiency Index, 2018). El contenido de estas palabas ha llamado la atención de la prensa que se ha centrado en la limitación de libertad de movimiento que implica la medida: “quédense en casa”, es la única manera de contener el contagio.
Sin embargo, el corazón del discurso de Conte y que puede ser el gran aprendizaje que esta tragedia le está dejando al mundo, es la necesidad de pensar la salud desde un punto de vista colectivo: “todos debemos renunciar a algo, nuestras costumbres van cambiadas, por el bien de nuestra Italia”. Chile ha entrado en la fase cuatro del contagio. La experiencia italiana nos cuenta que el paso a la fase 4 nos acerca vertiginosamente a un colapso del sistema, evitarlo depende en buena medida de la capacidad de respetar seriamente las cuarentenas y las medidas de aislamiento impuestas por la autoridad sanitaria. Sin embargo, si no comprendemos la dimensión colectiva, de responsabilidad común que existe por la tutela de la salud de todos, será imposible evitar que el virus avance llevándose a los más débiles -adultos mayores de sesenta años y personas inmunodeprimidas-, portando al colapso la capacidad de asistencia de los servicios sanitarios. Hoy en día en los hospitales de las ciudades del norte de Italia, los médicos encargados de reanimación respiratoria están enfrentando la dramática decisión de “seleccionar” a quienes ofrecer tratamiento y a quienes no, sobre la base de las expectativas de sobrevivencia, bajo la idea de justicia distributiva de los recursos en salud (1) ¿Qué pasará en Chile si llegamos a ese punto?
Los recortes a la salud pública, el insistente discurso que ha buscado transferir recursos públicos al sistema privado, a través por ejemplo de propuestas como FONASA PLUS, sumado al paradigma individualizante bajo el cual actúa la salud pública en Chile, donde las personas son falsamente inducidas a pensar que sus condiciones de salud dependen sólo y exclusivamente de sus propias decisiones, de lavarse las manos y “elegir vivir sano”, son oscuros antecedentes para enfrentar lo que el COVID nos puede portar. La lógica del “sálvese quien pueda” que ha prevalecido en la imposición del sistema de ISAPRES y la consiguiente precarización de las condiciones del sistema de salud público, usado por la población más vulnerable y de más alto riesgo, hoy nos ponen en una pésima condición frente al virus. Sólo volver a pensarnos como colectivo, como una ciudadanía que se cuida entre sí y que confía en su autoridad política y sanitaria, puede activar mecanismos de prevención que eviten el triste panorama de muerte segregada -de los más viejos y los más pobres- a las que nos está llevando el sistema que hoy tenemos. Cambiar el paradigma en salud, aprender a entenderla como una construcción colectiva que va más allá del tratamiento médico de la enfermedad, donde acceder a agua y poder quedarse en la casa sean derechos y no privilegios, garantizados por una autoridad política que confíe realmente en la salud pública, son los tres aprendizajes que nos podría traer este virus.
(1) Ver la declaración de la Sociedad Italiana de Anestesia, Analgesia, Rianimazione e Terapia Intensiva disponible SIAARTI 2020. “Raccomandazioni di etica clinica per l’ammissione a trattamenti intensivi e per la loro sospensione, in condizioni eccezionali di squilibrio tra necessità e risorse disponibili” http://www.vita.it/it/article/2020/03/07/coronavirus-ultima-stazione-leta-sara-una-discriminante-per-salvarsi/154325/?fbclid=IwAR1VrilRwswAFpEzA_0Vx8yzC-6VNr_FznIVZLVJNjFiajB6YPAlhixTcOs
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